The Seven Sisters

The Seven Sisters. Margaret Drabble, 2002. London, Penguin Classics 2011.

Cantos de vida y esperanza

«In bed, lying awake, Candida realizes that the solution to the problem is death. It always has been and it always will be. There is nothing to be done about this. Even Hegel must have known that. One can accept it, or fail to accept it. Acceptance is the better choice. The readiness is all. And she is certainly not ready to accept it yet».

Cuenta la leyenda que una Sibila pidió a Apolo el poder cumplir muchos años, tantos como granitos cabían en un puñado de arena y él, se lo concedió, pero olvidó matizar aquello de mantenerse joven y lozana por lo que, según se pasaban las generaciones, ella se ajaba y consumía hasta alcanzar un aspecto tan desagradable que prefirieron esconderla en una jaula en Cumas, al sur de Italia. Nueve vidas humanas de 110 años cada una dice la Wikipedia que vivió, nada menos.

La Sibila de Cumas es uno de los personajes preferidos de Candida Wilton, protagonista de esta historia, tal vez por su forma de enfrentarse al paso del tiempo y por sus habilidades para predecir el futuro, tentar a la suerte y abrazar con esperanza la idea de la muerte.

Para cuando se publica The Seven Sisters su autora Margaret Drabble (Sheffield, Yorkshire, 1939) tiene 63 años; 40 han pasado desde su primera novela A Summer Bird-Cage. De nuevo, algo flota en la manera de expresarse de la voz narradora que nos conduce a identificarla con la autora pero también con ese retrato conocido de tantas personas a nuestro alrededor: un sarcasmo adquirido con el conocimiento de la vida, la experiencia familiar y las amistades, un inocente punto de vista de «madre-poco-ducha-en-el-manejo-de-herramientas-informáticas» pero ultramotivada con cursos de literatura clásica. Ese retrato.

The Seven Sisters, en el estilo característico de Drabble, se sirve de frases breves que rematan párrafos cargados de lucidez e ironía y trata temas universales sin morderse la lengua y sin temor a ofender a nadie: los matrimonios que fracasan, las hijas que se llevan mal con sus madres, la muerte antes y después de la madurez, las bondades de la soledad y todo sin apartarse de la referencia mitológica a esa Sibila descrita por Virgilio en la Eneida y a quien parece que persiga la narradora durante toda la historia.

La escéptica pero profética Candida Wilton se muda a una suerte de «Elm Street» londinense bastante terrorífica por su ambiente de delincuencia (Seven Sisters es un barrio en la zona norte de Londres, en Tottenham, que recibe este nombre los siete olmos de su originaria calle principal). Candida reta al lector a seguirle el juego y mueve los hilos de una narración que confunde y sorprende, en la que se habla de muchos asuntos terrenales y también abstractos como la renovación del carnet de socio de un gimnasio o la verdadera satisfacción que reporta la vida en soledad.

El lector no tiene otro remedio que viajar con ella, acompañarla a la piscina, al club de lectura, a la tienda de la esquina y recibir visitas con ella en su pequeño apartamento; Candida asegura que tiene un don para predecir el futuro pero aun no entiende los motivos que la llevaron a tomar las decisiones de su pasado: I thought I was lucky, but that’s because I was lacking in self-esteem» amiga, la vida.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: