Lapvona

Lapvona. Ottessa Moshfegh, trad. Inmaculada C. Pérez Parra. Barcelona, Alfaguara, 2023

Lo universal

Si me pidieran que definiese con una palabra la narrativa de Ottessa Moshfegh creo que escogería «cinismo». Por suerte nadie me lo ha pedido, aunque es cierto que yo tampoco pedí nunca que me explicaran si había alguna diferencia entre los temas que escogen las escritoras y los que escogen los escritores a la hora de ponerse a crear y aun así, una vez alguien me aclaró que ellas tendían a hablar de lo particular, mientras ellos se decantan por lo universal.

Si me pidieran que aclarase qué tipo de temas escogen Ottessa Moshfegh para esta novela diría que, por encima de todo, habla de lo universal.

Y se sirve para ello de altas dosis de puro y genuino cinismo de su propia cosecha, claro.

Lapvona, que es un área geográfica indeterminada y dentro de un período histórico que vagamente podríamos identificar como «los tiempos antiguos» es también el título de una novela que podría decirse que rompe con la trayectoria de lo que ha escrito su autora hasta la fecha, aunque no tanto.

Lapvona, al igual que La muerte en sus manos y, sobre todo, igual que Mi año de descanso y relajación es ácida como un limón y le saca punta a todo lo feo y todo lo malo del mundo en que vivimos, solo que no lo hace tomando a personajes actuales en una sociedad reconocible como la nuestra, sino que inventa y fantasea con el imaginario colectivo de lo que son los cuentos de hadas.

Por eso los protagonistas tiene nombres que recuerdan más a los personajes de Juego de tronos o El señor de los anillos que a los de una sitcom cualquiera, aunque les mueva la envidia, la pasión y la rabia contra sus progenitores como a todo hijo de vecino ayer, hoy y siempre.

¿Es posible que Ottessa Moshfegh hable de algo tan amplio y vago como la estructura social que se rige por creencias religiosas en cualquier punto de cualquier época como pueda ser la nuestra, por ejemplo?

Puede ser.

Yo me atrevo a decir que lo hace, además, de forma particularmente grotesca, agresiva y violenta.

Y no tiene nada de particular.

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