After You’d Gone. Maggie O’Farrell. London: Tinder Press, 2000
Tarde
Llego a la primera novela de una de mis autoras preferidas de los últimos tiempos veintiún años después de su primera publicación. Podría, por tanto, decirse que llego tarde a ella, sin embargo, la edición que manejo conmemora precisamente esas dos décadas con un prólogo de la editora que ensalza -cómo no hacerlo- las múltiples bondades del texto.
La joven O’Farrell trabajaba en un manuscrito durante su período de residencia «Arvon» en Yorkshire y, al parecer, sus docentes trataban en vano de aconsejarla sobre los errores más comunes que los escritores principiantes deberían evitar: no abusar, en general, ni de saltos temporales, ni de cambios bruscos en el punto de vista narrativo, ni tampoco de la primera persona. Maggie debió de hacer oídos sordos a tales recomendaciones y aferrada a su manuscrito trabajó hasta darle la forma que ahora tiene After You’d Gone, una novela que arranca con su protagonista tendida en una cama de hospital y en coma, después de haber sufrido un accidente.
Una vez más (y con esta sumo ya siete libros suyos leídos en los últimos meses) la autora presiona y tensa las cuerdas que mueven a la marioneta emotiva en la que todos sus lectores nos convertimos con sus historias y dedica el libro a su madre «por no haber sido como la madre de la protagonista».
A partir de ahí se reconstruye el pasado, el presente y el futuro del personaje y para ello se aportan testimonios de otros actantes en su vida que son tangenciales (o no tanto) y es que a veces las vidas de unos se pueden relatar a través de las experiencias de los otros, aunque eso es otro tema y yo he venido aquí a hablar del libro de O’Farrell, que me disperso.
After You’d Gone, la primera novela de Maggie O’Farrell, contiene sin diluir todos los ingredientes que que se mezclan en las que escribió después y por eso resulta intensa, melancólica, apasionada y melodramática me atrevo a decir «en exceso»: un culebrón familiar que gira en torno al retraso con el que llegamos a comprender a los que nos rodean y a decirles lo que sentimos, a confesar los secretos y las consecuencias que tiene para el resto de la vida el hecho de no haber llegado a tiempo.
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