Cómo ser mujer (How to be a Woman). Caitlin Moran, trad. Marta Salís. Barcelona: Anagrama, 2013
Becoming a person
No creo que la mujer deba vivir tan obsesionada con sentirse «libre» por llevar unas bragas grandes, como «sometida» por llevarlas pequeñas. Tampoco creo que las mujeres a lo largo de la Historia lo hayan hecho «de puta pena» y que por ese motivo no haya habido más descubridoras o creativas brillantes. No estoy de acuerdo con que estar gorda deba ser algo que no nos importe, porque hay muchas delgadas a las que su delgadez les preocupa aún más. No me gusta Lady Gaga, no la entiendo ni la disfruto, a mí no me representa. No pienso como Caitlin Moran respecto a estos y otros muchos aspectos de los que trata en su libro, pero me parece magnífica y me gustaría que la leyeran muchas mujeres y también muchos hombres.
Cómo ser mujer es un ensayo en el cual la autora ataca, clava puñales y dardos envenenados, pone nombres y apellidos y se ríe, se ríe muchísimo de todo y de todos, empezando por ella misma. Es una crítica del feminismo, de ciertas corrientes del feminismo contemporáneo (sobre todo del que pregona Germaine Greer) y una defensa brutal e inteligente del mismo. Lo que Caitlin Moran considera que debe ser una mujer y cómo debe ésta llegar a serlo, es un proceso muy divertido. Partiendo de una descripción ridícula de ella misma desde su niñez, repasa mitos y clichés que han conformado la identidad femenina a lo largo de los años; los cuestiona y los razona a su manera.
Se puede estar de acuerdo o no con su discurso, pero este es magnífico, se mire por donde se mire.
Cómo ser mujer hace reír. Presupone a unA lectorA que después de deshacerse en carcajadas con las elocuentes anécdotas que ha leído, va a observarse en el espejo y va a hacer el esfuerzo enorme de no verse «distinta» sino como una más, como uno de «los muchachos» que habitan, se reproducen y mueren en este planeta.
Cómo ser mujer hace llorar. Presupone a unA lectorA que después de conocer la experiencia de Caitlin Moran respecto a la maternidad y el aborto, va a mirarse en el espejo y va hacer el enorme esfuerzo de no cuestionarse si está «en edad o no» de ser madre, sino de valorar si es una persona que quiere o no quiere tener hijos.
Soy feminista, porque soy mujer y me parece un motivo esencial para serlo, tanto si una se emociona con los discursos de Emma Watson como si le son indiferentes. No debemos no serlo.
Y sí, también existen hombres feministas. Yo he conocido a uno y le he querido mucho. En eso sí que estoy de acuerdo con Caitlin.
Yo también reí mucho con ese libro! Es muy importante acercar el feminismo al mundo, las mujeres y los hombres. Sobretodo a los hombres. He visto muchas charlas y mesas redondas que trataban del feminismo y sólo había mujeres. No creo que sea el camino. Es importante vivir en consecuencia con lo que se piensa y tratar de no perder el hilo de lo importante por cosas estúpidas que no nos llevan a ningún lado ( sólo abren brechas entre géneros y entre personas). Me ha gustado mucho la entrada!
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Y jajaja gracias I. 😉
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