Deberías haberte ido. Daniel Kehlmann, trad. Helena Cosano Nuño. Barcelona: Penguin Random House Mondadori, 2023
Principio de incertidumbre
No saber cómo terminar una novela, un guión en el caso del protagonista de esta historia, puede convertirse en un dilema paralizador, angustioso, frustrante y molesto.
Quizás no sea algo tan grave para todos aquellos que se dedican a escribir, pero nunca es un tema gustoso.
En esta novela hay un bloqueo y al protagonista no se le permite avanzar: al principio respecto a lo que escribe, luego en relación a su mujer y, finalmente, sobre su ubicación espacio-temporal en el mundo.
La incertidumbre da miedo: la ausencia de referencias y certezas, de motivos familiares o conocidos que se desvanecen provocan de inmediato el terror y la angustia.
Deberías haberte ido es la advertencia que rezan los escasos habitantes de ese lugar al cual el guionista, su mujer y su hija acuden a retirarse para que él trabaje, para que se concentre y termine su proyecto.
La narración se entrecorta como una llamada telefónica con mala cobertura, el protagonista mezcla los diálogos de su obra con sus propios sueños y ciertos elementos aparecen y desaparecen, suceden de forma extraña, siniestra.
¡Bum!
Entonces llega el final, que no termina la novela porque se enrosca con ella en un bucle inconcluso y no se sabe qué va a pasar, igual que tampoco se comprende qué es lo que ha sucedido.
Todo es incierto.
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