La muerte de padre. Mi lucha: I. Karl Ove Knausgård. Trad. Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo. Barcelona, Anagrama, 2016
Su lucha
No es hasta las doscientas y pico páginas de este novela que empiezo a interesarme medianamente por lo que su autor tiene que contarme. Un hombre guapo el Karl Ove, sí, lo veo en todas las cubiertas de cada uno de los tomos de su magnánimo proyecto: ahí lo encontramos, fotografiado para ilustrar su libro, sus libros, su lucha.
A pesar de mi resistencia, lo cierto es que avanzo y no ceso en la lectura. En una semana escasa ya me he bebido el primer tomo y es cuando alcanzo el final, el supuesto «desenlace» de este comienzo de historia, cuando reconozco que tiene sentido, que está bien, que algo (un poco) merece la pena.
Es un buen final, una interesante forma de rematar el inicio de algo.
¿Y qué es ese «algo»? Nada menos que un compendio de seis volúmenes de memorias de Karl Ove, el guapo. Seis libracos de al menos quinientas páginas cada uno que describen la infancia, la adolescencia y la madurez de su autor. Podría decir que se abstuvieran los que buscan un conflicto claro en la narración pero, nadie engaña a nadie: son memorias, no novelas de misterio; tomémoslas como ejercicio de observación de la escritura de alguien que sabe escribir.
Con esa destreza al teclado, Knausgård reflexiona sobre sensaciones que le provocan la naturaleza y el arte, sobre sentimientos que no le despierta su familia, sobre estar vivo, sobre estar muerto y «no estar». Pero también flota en lo más superficial y llega a ser desesperante (al menos a mí, vaya) porque veinte páginas para contarnos que una casa casi en ruinas puede recuperarse usando Ajax y Cif, agua hirviendo y buenas bayetas para limpiarla, Karl Ove: es demasiado.
Habrá a quien le merezca la pena, porque esa manera suya de expresarse no es la manera en que se expresan otros muchos autores y eso gusta, nos gusta. Habrá quien se rinda desde el comienzo, porque esas cosas pasan siempre y porque seis volúmenes es mucho tiempo de dios para dedicárselo al guapo de la foto.
Habrá de todo y él, contará su lucha a quien quiera leerla en el orden que considere.
Y si no, a otra cosa.
La verdad es que le estoy dando tiempo. Creo que leeré uno, tal vez dos, de estas inmensas memorias del guapo Karl. Pero no creo que las seis. Tengo mucha curiosidad, eso sí.
Un abrazo
Me gustaMe gusta