La soledad de los números primos. Paolo Giordano, trad. Juan Manuel Salmerón Arjona; Madrid; Salamandra; 2009
Mejor en compañía
Cosas bonitas se han publicado respecto a esta novela: Halagos dirigidos a un joven escritor que aplica la teoría matemática como metáfora de una historia humana, que en el fondo no es más que otro argumento (nada novedoso) sobre amores imposibles y vidas truncadas, seccionadas por el azar. Pero no es la originalidad del contenido lo que emociona de esta novela cuando uno la concluye (entendamos por “emoción” al brote mismo de la lágrima en cuanto se cierra la solapa, ni más ni menos) La soledad de los números primos contiene una bonita historia en un continente perfecto.
Mattia y Alice ejemplifican dos vidas, como las de tantas personas reales y al lector le resulta casi inevitable alcanzar la empatía junto a ellos: el mundo se revela siempre traicionero, inexplicable, injusto; el “peso de las consecuencias” cae sobre nosotros tras cada impulso irreflexivo o aguarda en la sombra amenazante y paciente… porque aunque en la vida lo que cuentan son las personas “normales”, todos nos hemos sentido extraños y especiales alguna vez, y ahí es donde esta pareja de números primos y geniales ejerce todo su poder y nos conmueve a través del relato de su experiencia.
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