Como vacas sin cencerro
¿Perdón? ¿8 nominaciones a los Oscar? Vale, no es que me importe mucho si se los lleva o no, si es importante o no que la nominen ni tampoco si ya lleva consigo tropecientos millones de dólares recaudados en taquilla desde su estreno. No me interesa lo más mínimo pero ¿de qué van?.
El lado bueno de las cosas es un cuento muy chusco de como un par de trastornados mentales hacen locuras, al principio cada uno por su lado y al final, unidos por la misma enajenación. No quiero destripar el desenlace, es tan poco previsible…
Aquí en Suiza, lo que un español entiende por «estar como una cabra» se traduce por «estar como una vaca» y nadie se ofende porque le llamen gordo; si te lo dicen es que estás un poco loco, así que te ríes, porque es muy gracioso que te digan eso, desde el cariño.
Sin embargo, los que están locos no tienen el mismo sentido del humor que los que están un poco más cuerdos que ellos (porque tocados andamos todos, eso hay que reconocerlo). Los protagonistas de este bombazo comercial del cine reciente son dos personas bipolares, dos víctimas del cambio de humor fluctuante y descompensado, excesivo, desesperante para los que los rodean e injusto, sobre todo consigo mismos, pero también con aquellos que les quieren.
Este par de «vacas locas» a quienes interpretan Bradley Cooper y Jennifer Lawrence encuentran en el baile una forma de comunicación que les salva el pellejo cuando más lo necesitan. Sin más: no le busquen dobles sentidos ni recovecos intrínsecos, que no los tiene.
Como es una comedia y la comedia es el género que mejor entra en estos tiempos aciagos que nos ha tocado vivir, uno la ve y hace como si se sintiera mejor cuando la termina, pese a que no siempre sea así.
Yo la verdad, con Jennifer Lawrence me río más si no está dentro de una película; tan fresca y deslenguada es la muchacha que oírla hablar en cualquier entrevista sienta como la brisa fresca de las montañas ventilando un cuarto cargado. La recomiendo.
En cuanto a Bradley Cooper, me quedaré con la definición que Miss Marple da en su blog, como «El chico de los ojos como piscinas olímpicas que cuando te aburres aprovechas los primeros planos para hacer largos imaginarios y es la gozada» jaja. Cierto que lo es.
Ciertamente es un despropósito que haya recibido alguna nominación y aun más alguna estatuilla dorada. Es imprecisa en la parte trágica de la película, el trastorno bipolar. Previsible en su desarrollo minuto a minuto y supuestamente cómica.
Pero cuando la mayoría la ensalza pues la única conclusión posible es que el loco soy yo. O tu. O ambos.
Como sea es agradable saber que algunas de mis locuras no son solo mías.
Gracias por tu críticas,mucho mejor el nuevo diseño de pagina. : )
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Gracias, ya van tres años de blog y son demasiados treses en mi vida… había que darle un aire nuevo.
Saludos.
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