Extraterrestre

Extraterrestre, Nacho Vigalondo; 2011

Repasando la lección

Haciendo un esfuerzo muy grande muy grande, me digo a mí misma que lo de aprender cine «desde dentro» no es tan bonito ni tan agradecido como lo pintan los que lo cuentan (o como lo cuentan los que se empeñan en pintarlo, o maquillarlo… que tanto me da). Hacer cine es un trabajo, como lo es pintar paredes o instalar calderas, uno aprende la técnica y la pone en práctica todas las veces que tiene ocasión, hasta que que se convierte en un profesional de tanto repetir lo mismo. A cambio cobra por hacer lo que hace y listo.

Pues bien, en el cine, que además de técnica también es arte, a veces se altera el orden de los factores a intervenir en el proceso creativo y sale lo que sale: el artista, que se piensa que por serlo va con derecho de imponerse a sí mismo antes que a los resultados de su trabajo (insisto: «trabajo» y no «pieza de museo») da prioridad a su supuesto genio en el proyecto de turno y acaba hundiéndose, con todo el equipo.

Y resulta que a Nacho Vigalondo no sólo no le sucede semejante cosa, sino que además se permite el lujo de regalar «lecciones de cine» como ésta, a todo el que le permita unos minutos de atención:

Con toda la razón del mundo y con un par de recursos, Vigalondo nos explica en qué consisten las películas y sobre todo: en qué consiste nuestro papel como espectadores de películas. Cine y nada más.

Cuando vemos la reciente Extraterrestre, esperamos que nos haga sonreír con los mismos elementos (y lo hace) pero ¿y qué hay de las lecciones aprendidas?.

La historia, con un planteamiento similar al de su cortometraje Domingo (2005), o al menos con unos ingredientes muy parecidos, no nos mantiene en vilo el tiempo que debiera, a saber: el tiempo que dura la narración, porque pierde fuelle por el camino y el desenlace es casi independiente del resto.

Ya que no va de artista, que sabe bien en lo que trabaja y que tiene claro los temas que le interesa contar, es una pena que no resulte bien. Ese absurdo irónico que rodea y envuelve a los personajes de Extraterrestre no es recomendable para todos. Le han llamado el Woody Allen de la ciencia ficción y yo no diría tanto: el humor de Vigalondo es como el buen terror, que no se espera por él y que irrumpe por la puerta grande para marcharse luego haciendo mutis por el foro.

No sé que pudo haber fallado, pero ya siento los resultados. Me hacía ilusión hablar bien de esta peli, sobre todo porque no vi Los cronocrímenes, pero no ha podido ser. Tal vez con una batbola se hubiera arreglado algo… ¿quién sabe?.

Un comentario sobre “Extraterrestre

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  1. Yo he hecho una entrada mucho mas simple que la tuya de esta pelicula y te entiendo , yo TAMBIEN quería hablar bien y lo he hecho , sabiendo que no es redonda cómo me la esperaba pero a pesar de todo le doy las gracias a Nacho
    ¿Por?
    Por ser distinto y valiente

    Me gusta

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