Clubs

Abastecidos por la información que nos brindan los diversos museos de París es normal, supongo, que a la hora de organizar recuerdos e imágenes archivadas en el ordenador una se confunda. A mí me acaba de pasar.

El Museo Montmartre nos había regalado un generoso despliegue de datos, fechas y curiosidades del barrio, en su mayoría, todos ellos relacionados con los años alrededor de la Comuna que es cuando Montmartre cobra mayor protagonismo y fuerza respecto a la historia de la ciudad.

Sin saber en dónde me metía, había tomado nota de este pie de foto:

Los clubes*
H. Harrat y A. B. Houghton, Paris under the CommuneWomen’s Club at the Boule Noire, boulevard Rochechouart en The Graphic, 3 de junio de 1871, litografía. Colección Gerard Jouhet.

Apareciendo ya en el siglo XVIII, los clubes permiten a los ciudadanos reunirse y discutir asuntos políticos. Ante el papel preponderante que jugaron durante la abortada insurrección del 22 de enero de 1871, el gobierno de Defensa Nacional decidió proscribirlos. La Comuna de París ve cómo los clubes se multiplican y ganan en importancia. Muchos están ubicados en Montmartre: el club Reine Blanche (88, bld de Clichy), el club Revolution (Elysée Montmartre), el club Vengeance (54, bld Rochechouart) o la Iglesia de San Bernardo.

El club Boule Noire (120, boulevard Rochechouart) es esencialmente femenino y está presidido por Sophie Poirier y Béatrix Excoffon. Alberga las reuniones del Comité de Vigilancia de los ciudadanos de Montmartre: se discute, entre otras cosas, la prostitución, la organización del trabajo y la educación.

*[Musée Montmartre, París]

Sin embargo, olvidé fotografiar la imagen con la cual se correspondía dicho texto y continué la visita por el museo sin volver a pensar en él.

Tres meses después, sentada ante el ordenador para escribir un nuevo texto sobre esos sesenta días en París, me doy cuenta de que me falta esa fotografía.

Maldigo al cielo, aunque el cielo no tiene la culpa y entonces maldigo al infierno, que tiene más sentido dadas las elevadas temperaturas circunstanciales. Al final me rindo y decido dejar de maldecir y ponerme a escribir sobre otra cosa hasta que descubro, entre los archivos, la imagen de uno de los salones organizados por Pauline Viardot-García. Vaya, me digo, quizás pueda escribir sobre esto y no sea una idea tan alejada de la anterior.

La imagen fue tomada en el museo de la Vida Romántica, que también se encuentra ubicado en el barrio de Montmartre pero que no tienen nada que ver con el anterior. En ella se aprecia a la cantante y anfitriona, Madame Viardot, acogiendo en su Salon (50, Rue Douai) a un buen grupo de personas interesadas en escucharla y debatir sus asuntos, charlar, conocerse o reencontrarse. El año pasado se cumplieron doscientos años de su nacimiento y le llovieron los homenajes a la mujer, dicho sea de paso.

Se trata de una litografía de una época anterior a la Comuna, tal vez de entre 1840 y 1860, entre los años que transcurren desde su matrimonio con el director del Théâtre-Italien y hasta que se retiró de los escenarios para irse a vivir con él a Baden-Baden.

Al verla pienso en los clubs, en el extraño origen de una palabra que inicialmente define a un «palo» con el que se golpea a un grupo de gente y acaba, por metonimia misma, derivando en la palabra con la que se designa a ese grupo en sí. Pienso en los motivos que llevaron a hacer esa foto de esa escena sin tomar otra de su correspondiente pie de foto y concluyo que, a veces, tengo un serio problema para organizarme o, quien sabe, si un don especial para relacionar cabos sueltos de mis archivos. Quién sabe.

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