Fosse/Verdon. Thomas Kail, Steven Levenson. FX / HBO España. 2019
Compromisos
Hace dos años me apunté a clases de claqué con mi amiga L.; ella llevaba tiempo manejándose con los zapatos de chapa y me pareció divertido acompañarla. En la primera clase el profesor preguntó uno a uno a todos los alumnos que «qué sabíamos del claqué» y si conocíamos a algún bailarín contemporáneo en la disciplina: Corrieron bolas de rastrojo por la sala, como en el desierto de Tabernas, y nadie dijo nada.
All that Jazz (Bob Fosse, 1979) era una reconstrucción biográfica, psicodélica, delirante y magníficamente bien coreografiada dirigida por Bob Fosse. En ella, su protagonista repasaba recuerdos recortados por amaneceres de resaca y efervescencia ante el espejo. All that Jazz, pegadiza en su banda sonora hasta el agotamiento, es un clásico del género musical. Generaciones de bailarines, cantantes e intérpretes de cualquier disciplina ligada al mundo del espectáculo la han visto año tras año y sabemos que no morirá nunca.
Ahora además tenemos una serie.
Fosse/Verdon dispone de 8 episodios para añadir a Gwen Verdon al relato; a esa historia de excesos que ya conocíamos del coreógrafo, bailarín y cineasta se suma el de la que fue su compañera sentimental durante una época y profesional de por vida.
Sam Rockwell, caracterizado y adornado a la sazón, da vida a Fosse desde la producción de Cabaret (1972) hasta su fallecimiento en Washington en 1987, durante la gira de reposición de Sweet Charity y resulta sobrecogedor: no sólo por el parecido y el logrado contoneo de cadera tan característico del auténtico Fosse sino porque consigue no desaparecer al lado de quien, probablemente, sea la auténtica bestia interpretativa de la serie: Michelle Williams.
El protagonismo compartido de Verdon en la historia viene a reivindicar la importancia clave de esta mujer en la vida de Fosse. Ella y las otras (actrices, bailarinas, oficinistas, «aspirantes a», ayudantes…) introducen el asunto del acoso en el ámbito laboral, aunque haya que ponerse las gafas de 1970 y pico para ver y entender las circunstancias como se merecen. El #MeToo entonces ni se olía.
En Fosse/Verdon se baila mucho y se baila muy bien. La serie da ganas de volver a tomar clases de tap dance, da ganas de investigar sobre sus artistas y da ganas de no callarse si a una le preguntan por ellos.
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