Stockholm. Rodrigo Sorogoyen. 2013
La historia más grande, jamás contada
Expectativas cero, no les pido más: que no esperen nada y que no se pierdan esta película en cuanto tengan ocasión de verla (desde ayer, en filmin. Ahí que lo dejo).
Stockholm entrega a quien se atreve a verla, un paseo por lo bueno y lo menos bueno de cómo suele acabar la típica noche de fiesta entre chavales de veintimuchos o treinta y pocos, cuando se encuentran con alguien que quiere, que se ofrece o que busca morder el anzuelo de sus embelesos.
Una historia que incluye propinas y collejas a los más desprevenidos, que agujerea sin prisa y sin pausa la superficie inmaculada de nuestra alma escéptica y que logra que duela y que llore ese espíritu tan fuerte que a veces creemos tener.
No sé sus autores, pero yo por mi parte se la dedico a todos los que alguna vez han vivido en la piel de sus dos protagonistas: a los que se lo han creído sin ser cierto y también a los que inútilmente se han empeñado en imitar algo o a alguien que se les parecía bastante, sin llegar a serlo.
De acuerdo con Stockholm, una noche de fiesta se vive primero desde el suelo y desde las calles azules del centro de una gran ciudad que no duerme y que ni ganas de hacerlo tiene; luego desde el cielo, o desde lo alto de un edificio con azotea, de esas que regalan tejados en el horizonte y todo un ambicioso mundo que comerse por delante pero que al final, regresa otra vez al asfalto, a la realidad que con no poca frecuencia, es más dura y abominable de lo que quisiéramos suponer.
No esperen nada más y recibirán a cambio una película que cuenta mucho de lo que nadie quiere hablar y habla poco de lo que demasiados cuentan siempre.
¡Qué bien que estén en Filmin, tenía muchísimas ganas de verla!. La pareja protagonista me despierta gran simpatía, no sé porqué…
Mañana encontraré un rato para verla :-). Gracias por tu crítica.
Iria.
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Tengo mucha curiosidad por este filme.
Saludos
David
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