Ruby Sparks Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2012
Me gustas cuando callas
Dos cosas hay en la vida de toda relación, que hacen que la hermosa amistad sobre la que ésta se sustenta, pueda perder el equilibrio, tambalearse y acabar cayendo al vacío: una es la falta de confianza, la otra es la falta de atención.
La historia que tan bien nos cuenta Zoe Kazan en Ruby Sparks (es coprotagonista y también es guionista, sí) pone todo el interés en ambos puntos, usando además a un escritor talentoso pero en bloqueo creativo como señuelo.
Él trata de escribir una novela y no le salen las palabras. Se agobia. Va al psicólogo y habla con su perro. Se queja, se obsesiona y entonces la imagina a ella, para escribirla.
La chica de los sueños de Calvin es Ruby Sparks y un buen día, aparece en su cocina comiendo cereales. Ha conseguido materializar sus ilusiones y ha dado vida a un personaje de ficción, pero no es sencillo convivir con un ideal, porque hasta las fantasías tienen derecho a ser independientes.
Así de especialita y diferente se construye Ruby Sparks, que aunque a muchos nos recuerda a Stranger than Fiction o Eternal Sunshine of the Spotless Mind, lo cierto es que es una película nueva y bastante fresca como para conservarse tierna y crujiente hasta el último mordisco.
Todavía me pregunto qué hacen Antonio Banderas y Annette Bening en esta historia y creo que la respuesta la tengo en Little Miss Sunshine: a la anterior película dirigida por Dayton y Faris puede que también le sobrasen personajes o le faltara argumento para todos los que eran, debe de ser su estilo, el sello de la casa.
Ubicada en un entorno apetecible y envidiable, desde el apartamento blanco como un folio en donde ese genio-joven no consigue dar rienda suelta a su creatividad estancada, hasta las calles de Los Feliz, en California, donde siempre brilla el sol y los colores son complementarios, en su punto justo de saturación. La película es tan atractiva estéticamente como interesante en lo que disecciona, a saber: los diversos estadios en una relación sentimental, cuando se ha entendido mal desde la base.
Porque uno solo conserva lo que no amarra y hay que aprender a distinguir entre lo que queremos y lo que la vida nos ofrece. El amor tan fácil de confundir con la invención. Mucho cuidado con dejarse transformar por la pareja y ojo, con permitir que nuestro novio o nuestra novia nos convenza de que somos lo que él o ella dice que somos.
Nuestra vida la escribimos nosotros, menos mal.
Yo también escribí crítica, y estoy de acuerdo contigo. Hay mucha Ruby Sparks en el cine actual, mucha chica hecha a la medida del protagonista masculino que tiene como única finalidad que este dé un cambio, madure, o lo que sea. Como le dice el hermano a Calvin, «Quirky, messy women whose problems only make them endearing are not real.»
¿Qué te pareció el final?
¡Besos!
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María: leí tu crítica antes de ver la película y me sorprendió mucho tu lectura sobre el personaje de ella, como contrapunto al típico papel «de apoyo» al protagonista masculino.
El final me pareció acertado, era muy difícil salir al paso, según se iban planteando los acontecimientos ¿no?
Un beso guapa.
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