Valor sentimental. Joachim Trier, 2025
La atención
Me gustan ese tipo de personas excepcionales que, cuando el otro habla, atienden y escuchan sin rumiar en su cabeza un argumento propio con el cual lanzarse a la conversación en cuanto el otro hace una pausa (a veces ni eso). Yo misma tiendo a lo contrario, a enzarzarme con facilidad en un tiroteo de opiniones sin escuchar mucho al otro y, tal vez por eso, cuando me topo con alguien que, cuando yo hablo, calla y me hace saber que se interesa en lo que digo, me siento inevitablemente arrastrada a la entrega absoluta, por puro agradecimiento.
Personas respetuosas que retoman un punto de una conversación que ha quedado a medias porque un tercero se ha entrometido y consiguen que no se pierda el hilo «¿cómo decías?». Esas personas.
Valor sentimental transmite exactamente esa sensación: la de saberse escuchado, la de ser buscado para tratar de ser comprendido y esto sucede por parte de los personajes entre sí, pero también desde el espectador hacia todos ellos, porque a lo largo del metraje no dejamos de querer entender qué le sucede a cada miembro de esa familia rota de la cual se nos habla.
Con Valor sentimental Joachim Trier agarra unas pinzas y escarba con ellas bien adentro, hasta el fondo del rincón más oculto en donde guardamos un montón de notitas con nuestros sentimientos; allí encuentra la que busca, la extrae y nos la coloca delante para que la leamos: «Nunca, jamás comprenderás al otro».
Hacía tiempo que no me entristecía tanto una película. Se trata de una historia en la que todos los personajes se persiguen para dar sentido a sus acciones, se tropiezan con expectativas, caen cuando decepcionan a los demás, sufren, sufren muchísimo por no trazar una línea lógica que los vincule a todos y continúan, sin descanso, interpretando su papel en el teatro de la vida.
Valor sentimental muestra el diseño de interiores más bonito de las casas más increíbles que haya ideado cualquier catálogo, a actores en el mejor momento de sus carreras todos ellos y es, sin ninguna duda por mi parte, la mejor película que he visto en 2025.

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