Agosto, octubre

Agosto, octubre; Andrés Barba; Barcelona; Anagrama; 2010

El corto y gélido verano

Siempre parece que la adolescencia es la meta al camino demasiado largo de la infancia, e inicio a su vez del trayecto demasiado corto que es la edad adulta.

Leyendo esta novela, que es en esencia reveladora, pese a los esfuerzos comerciales que se hacen por disfrazarla de bildungsroman español, uno siente algo extrañamente distinto: como si el protagonista topase con su adolescencia mucho antes de lo previsto y el viaje como adulto en el que se embarca inmediatamente, pasara a ser algo casi interminable.

Andrés Barba (Madrid, 1975)nos regala unas pocas páginas -se hace realmente corta la lectura- de amargura y resentimiento no obstante, alejadas del sentimentalismo identificativo de aquellos relatos contemporáneos «de aprendizaje» a los que nos hemos habituado desde que existen guardianes entre el centeno. En esta ocasión, es un adulto el que recuerda desde una fría y distante tercera persona los sucesos que marcaron su adolescencia, condensada en apenas tres meses de decadencia estival.

Dividida en dos partes, la novela recupera los momentos más importantes en la memoria de su protagonista, valiéndose de un lenguaje atípicamente sensitivo, cargado de doble significación no explícita, rotundo y necesario, en definitiva.

Porque a veces parece que se nos olvida lo difícil que es darse cuenta, no de que nos hayamos convertido en impulsivos, tímidos o confusos adolescentes, sino de que hayamos dejado de serlo para siempre.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: