Campaña(s) para televisión "Desigual" 2012-13

Campaña(s) para televisión «Desigual» 2012-13

Muy chula la vida, sí

Antes de que a alguien se le ocurra tacharme de algo despectivo o peyorativo, acomplejado, frustrado, reprimido, rancio o cualquier calificativo feo que considero que no merezco, les cuento que tengo una teoría y que quiero compartirla.

Ya saben ustedes que la provocación vende, que vende mucho y de forma bastante inmediata; el morbo y la curiosidad despierta el deseo en el consumidor y cuando uno se convierte en receptor de un mensaje que le saca de sus cabales, aunque sólo sea un poquito, es más que probable que acabe comprando aquello que anuncia.

Me parece estupendo que se quieran vender cosas y me gusta todavía más, que quien las vende sea una firma española, porque nos hace bien a todos que estas cosas funcionen.

En esta ocasión, el objeto de mis comentarios es efectivamente una firma (de ropa y complementos) que por el nombre parece española y lo es pero que, curiosamente, en sus orígenes no lo es porque sus fundadores son suizos.

A lo que voy sin más rodeos, es a que me encuentro en esta Confederación Helvética viviendo y, sin embargo, continúo viendo la televisión española, con sus cosillas y polémicas y sobre todo con sus anuncios, que me encantan. De entre ellos, las dos últimas campañas de «Desigual» me provoca acidez de estómago y prurito localizado (no les cuento en dónde). Soy poco original e intuyo que llego tarde a comentarlo, pero «Tengo un plan» y «Hazlo por la mañana» superan mi capacidad de resistencia a la estupidez.

Volviendo al asunto al que me refería antes, aquello de que las cosas que provocan venden más que aquellas que nos dejan indiferentes, me gustaría compartir con ustedes una observación: en el caso de «Desigual», está claro que se está provocando a la audiencia pero no parece igual de evidente que quien esté comprando sus productos sea la gente a quien se dirige. Me explico.

¿Se hacen ustedes a la idea de la cantidad de personas que aquí, en un pueblo de Suiza, compran ropa de «Desigual»? pues bastantes, ya se lo cuento yo ¿Y de esas bastantes personas, se imaginan cuántas de ellas son mujeres que superan los 60 años? pues sorpréndanse, que son la mayoría.

Obviamente no manejo datos contrastados con estadísticas oficiales, que esto es un blog personal, pero sí que me doy largos paseos por las zonas comerciales de Thun, veo a sus lugareños y lugareñas, me fijo en cómo son sus gustos estéticos y es lo que hay.

En la misma calle, entre un supermercado y una gasolinera, hay dos tiendas de ropa de señora que anuncian con orgullo la marca y que además, la venden, así que o yo infravaloro el sex-appeal de las abuelas de esta comarca, o algo falla en esta campaña al menos, cuando se abre al extranjero.

Reflexionaba yo hace unos días, después de leer el post de este otro blog que algunos anuncios de ropa interior femenina, en realidad se dirigen a los hombres a quienes sus parejas «ven viendo el anuncio» porque a ellos es a quienes dicho anuncio tiene que gustar y atraer. Los pasos son más o menos así: unas esculturales muchachas se pasean con sus turgencias al aire y semi cubiertas por trozos de encaje y elastán de la marca en cuestión, la mujer ve eso y como mucho, se indigna por la falacia que le meten por lo ojos, punto; pero si hay un hombre con ella, entonces, con la planicie mental que el publicista de turno le presupone, comprenderá ante la reacción de él colgado de la pantalla, que son ese tipo de mujeres esculturales las que ellos (como él) desean y que «deben hacer algo» por seguir gustando a sus parejas como por ejemplo, gastarse un dineral en conjuntos de braga y sujetador.

Por esa misma deducción lógica, cuando nosotras vemos en soledad un anuncio en el que una modelo se magrea a sí misma con cada trapito nuevo que va sacando del armario y se va probando, mientras piensa en alto cosas como «me voy a acostar con mi jefe que está muy bueno», nos puede entrar la risa, pero si a un hombre vemos que ese anuncio le gusta, entonces vamos y nos comportamos igual que ella, porque lo importante para que ese anuncio llame la atención no es que la modelo sea francamente espectacular y se contonee como una bailarna de striptease, sino que demuestra ser una mujer muy segura de sí misma… ya. Y lo mismo si es lesbiana o si tiene un novio friki al que decide abandonar para irse a Tailandia. El colmo de la fortaleza femenina. Lo más de lo más.

¿Estamos de coña, no?

«Desigual» se pasó dos pueblos con aquella campaña y algo menos con la que le siguió, aquella en la que otras tantas jovencitas dejaban caer la idea de que el sexo matutino (aunque fuera consigo mismas) es estupendo para que te siente bien la ropa durante el resto del día.

No sé si a la marca esta estrategia les ayudó a vender más en España. Aquí sus anuncios no se emitieron y ya ven que son las madres de las madres de esos pibones liberados las que visten las prendas en cuestión. Para pararse un rato y pensarlo, sin duda.

El último de los spots, «Sexy, Fun & Love» me parece menos irritante y estéticamente mucho más atractivo que los anteriores. Sobre hippies recicladas en Ibiza. Esta vez van al clásico asegurado.

2 comentarios sobre “Campaña(s) para televisión "Desigual" 2012-13

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