Fourteen Actors Acting;The New York Times Magazine; Diciembre 2010
El arte/artista en acción/actuación
Según el New York Times, este año, los actores que definen el oficio interpretativo son catorce:Javier Bardem, James Franco, Natalie Portman, Jesse Eisenberg, Chloë Moretz, Matt Damon, Michael Douglas, Jennifer Lawrence, Noomi Rapace, Vincent Cassel, Anthony Mckie, Robert Duvall, Lesley Manville y Tilda Swinton.
Para mostrarlo al mundo, han plantado una estupenda galería de vídeo en la página web de la edición digital de su revista, han escogido momentos emblemáticos del cine de todos los tiempos y le han pedido a Sølve Sundsbø que por favor los dirija, acompañados de la música del canadiense Owen Pallett, dos personajes que bien saben lo que hace cuando se trata de barnizar artísticamente lo que sin su ayuda, serían meros reclamos publicitarios o fotografías de moda.
En menos de un minuto, los catorce de la alfombra roja expresan, cada uno a su manera (o a la manera que le ha tocado en suerte, sin dejar de lado los papeles en las películas por los que este año han dado que hablar) y a nosotros nos encanta que lo hagan, porque para eso son actores y bastante buenos, todos.
El blanco y negro concede a quien es retratado bajo sus efectos, el don de la perfección, la clase, la belleza y la elegancia, al permitirle irrumpir en escena desprovisto de los realismos cromáticos del día a día ordinario. No hay más que clicar en las imágenes de estos chicos y reconocer en ellas no a personas, sino a artistas.
Obviando las diferencias sobre años y experiencia que separan a este racimo de intérpretes entre ellos, el blanco y negro parece que juegue a igualarlos a todos.
Acierta en asegurar Kathy Ryan (directora de fotografía de la revista) que «la música puede lograr reconducir aquello que la gente observa en una imagen y puede reencuadrar drásticamente la dirección que para el espectador estaba teniendo aquella fotografía» y es que sin la sutil y delicada banda sonora de estos clips de vídeo, el resultado podría resultar algo distinto. De modo que aceptamos su influencia, nos damos la mano diplomáticamente con el mágico efecto de la ilusión cinematográfica y nos dejamos llevar por la presencia de estos actores; pueden hacer lo que quieran.
Así es como Javier Bardem va a mostrarnos un cabreo monumental detrás de una mesa bien provista (sobre todo de vino), tendremos el gusto de admirar a James Franco admirándose a sí mismo ante un espejo y seremos testigos de unos inesperados pasos de baile a lo Fred Astaire que se marca Vincent Cassel con una silla… por poner algún ejemplo, aunque hay que verlos todos.
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