Susan Sontag. Varnavoglou, Melina Alexia. Barcelona: Filosofía&Co, 2024
Las periferias
Hay gente que nada más poner un pie en la librería lo primero que le dice a su acompañante es «¡no puedo entrar aquí!» o «no me dejes… ¡vayámonos!», que podría parecer una exageración por su parte, pero que yo creo que plasma la realidad más auténtica: porque deseamos lo que sabemos que no podemos tener y, además, nos recreamos en anunciarlo con orgullo, en lamentarnos para perpetrar un bucle infinito de deseo no satisfecho.
Desde hace meses dedico mi tiempo a tareas que me impiden leer y me quedo en la periferia, me fijo más en detalles como esos, los que definen a los lectores; además picoteo párrafos entre las novedades y descubro escrituras ante las que nunca me habría detenido de haber tenido más tiempo, porque entonces cruzaría el borde e iría a tiro hecho a lo que quiero, al centro de la cuestión.
Este mínimo pero sustancioso librito, por ejemplo, aborda los análisis de Susan Sontag (Nueva York, 1933-2004). Editado por Filosofia&Co, una gente que desde hace ya ocho números, saca la revista trimestral del mismo nombre. Me parece fascinante que un repaso del trabajo de la inconformista y ávida lectora Susan, filósofa, ensayista literaria, musical, crítica de cine, crítica de la interpretación misma de las cosas y con tantas otras facetas me guste así, de un vistazo. Magnífica ella.
Le sucede a la autora de este libro, Melina Alexia Varnavoglou, que reconoce su frustración ante una figura como la de Susan Sontag, y lo hace desde el recuerdo de su propia adolescencia, cuando en un diálogo ficticio con la otra se dejaba notas a sí misma en los libros «Ah ¿es que de toooodo ibas a escribir?» se decía, le decía y sí: yo también lo pienso y lo digo y me lo repito mentalmente «¿Es que de toooodo váis a saber los que sabéis tanto?» y me refiero por supuesto a aquellos que están informados de verdad y no a los que han sido bendecidos con el don del «saber antes que nadie de todo y porque sí». Hablo de los que leen, los que acuden a bibliotecas, aprovechan la abundancia de las estanterías o mesillas de noche de sus casas, hablo de personas que, cuando entran en una librería, compran libros.
Se menciona en este librín una entrevista (disponible en youtube) en la que Jack Kroll habla con Susan Sontag y con Agnès Varda, cuando ambas presentaban sus películas Duet for Cannibals y Lion, Love (…and Lies) respectivamente, en 1969, durante el Festival de Cine de Nueva York. Del trato grotesco del presentador al valorar la película de Varda (Viva, su protagonista, es la madre de Gaby Hoffmann y ya sólo por eso merece verse y disfrutarse) se pasa al concepto de lo camp, sobre el que más adelante Sontag se explayaría a gusto en un ensayo (editado en España por La micro Ediciones, en 2023).
Pienso en lo camp y mi cabeza viaja inevitablemente al mamarrachismo de la Met Gala, lo siento (¿no hubo un año en que ese fue precisamente el dress code? tal vez me lo invente, confunda alfombras, si es así les ruego me disculpen). De acuerdo con Molière, aclara el texto, se camper es «presentarse de manera exagerada, posar». No he visto la de Susan Sontag pero desde luego que no creo que haya camp en la película de Agnès Varda, que es magnífica y auténtica, como su cine lo es.
Y ahora regreso a mis tareas, que ya leeré a Susan Sontag cuando disponga del tiempo necesario: no me dejen entrar aquí.

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