Sobre los huesos de los muertos. Olga Tokarczuk, trad. Abel Murcia. Madrid: Siruela, 2019
Las estrellas
Empiezo a encontrar una satisfacción extraña en los narradores cínicos. La crítica mordaz se ha convertido, desde hace varias lecturas, en un ingrediente interesante para que una servidora disfrute de cualquier libro. Todo empezó con Ottessa Moshfegh y aquí sigo: ávida de mala leche, sedienta de misantropía.
Janina Diszejko, la protagonista de Sobre los huesos de los muertos, lee las estrellas. Janina sólo acepta una interpretación posible de la existencia y es aquella que marcan los astros. En su vecindario, una pradera polaca habitada por unos pocos cazadores devotos de San Huberto, comienza a morir gente en circunstancias extrañas: los cuerpos sin vida se encuentran alejados de todo contacto con otro ser humano e inmersos en la salvaje naturaleza. Janina lo aclarará todo con ayuda de la carta astral de cada una de las víctimas, con mucho té negro y sin ninguna subvención de la Unión Europea.
Sobre los huesos de los muertos, con la excusa de un personaje principal dedicado a traducir la obra de William Blake, intercala citas del autor (los títulos de cada capítulo y el del propio libro lo son) y confiere al conjunto de la historia una atmósfera enigmática, como de adoración pagana y oscura que es de lo más sugerente.
Janina invita al lector a acompañarla en sus reflexiones y nadie se salva de las consecuencias:
…¿Acaso un cardo no tiene derecho a la vida, o un ratón que se come el grano de los almacenes, o las abejas y los zánganos, las malas hierbas y las rosas? ¿Quién tuvo el descaro de juzgar quién es mejor? Un gran árbol, a pesar de estar retorcido y agujereado, puede durar siglos y nadie lo tala porque resulta imposible fabricar nada con él. Ese ejemplo debería levantarnos el ánimo. Todos conocen los beneficios de lo útil, pero nadie reconoce el provecho de lo inútil…».
Una novela de venganzas, de amor a la naturaleza y de desprecio por la alimentación carnívora, donde todo está escrito y todo es susceptible de cálculo y anticipación.
Una novela cínica, muy cínica, como a mí me gusta.

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