Cristina García Rodero. España oculta

Cristina García Rodero. España oculta. Círculo de Bellas Artes de Madrid, Sala Picasso 17/05/2024 – 18/08-2024

Campos de tierra

Morella, La Alberca, El Hito.

Cristina García Rodero recibe la beca de la Fundación Juan March en 1973 y se va con su cámara a fotografíar las profundidades de España. En los archivos de la Fundación hay un acceso (previa autorización) a la memoria de su proyecto para consulta exclusiva en sala. El resultado de ese trabajo también es esta exposición.

Almansa, Campillo de Arenas, La Valduerna, Mayorga de Campos.

En 1989, 1990 o incluso 1991 camino de la mano de mi madre junto a la cristalera de la sala de exposiciones del ayuntamiento de Logroño. En el cartel de la pared, una niña flota en la puerta de un cementerio:

-Mamá ¿has visto? ¿Está muerta? ¿Le han hecho una foto a un fantasma?

Mi madre me aprieta la mano.

-Venga, que se hace tarde.

Belinchón, Villasandino, Fuenlabrada de los Montes, As Pías.

Una mujer entra en la librería con prisa y me pregunta por el catálogo que está en el escaparate. Me levanto para cogerlo, porque yo no he seleccionado los libros que se exhiben y no sé a cuál se refiere y cuando le doy la vuelta veo a un hombre saltando sobre cinco bebés dispuestos en un colchón en el suelo, a su alrededor hay hombres y mujeres, hay niños y hay un cura muy serio. Todos observan con atención la proeza que sucede ante ellos. Alguien hace una foto.

Escober, Fuentelespino del Haro, Hontanar, Riofrío, Mondariz, El Escorial, Helechosa, Xende A Lama, Xodos, Llucena.

«El gracioso» sostiene una larguísimo palo combado con las dos manos y coloca entre las piernas. Todos ríen tras él, la aceptación se palpa en el ambiente de la imagen. La mujer con su cámara de fotos tiene menos de treinta años y no sabemos si está impresionada, pero toma una fotografía.

Villamanrique de la Condesa, Almonte, El Cerro de Andévalo.

Me detengo ante la foto porque la mujer va descalza: toma de la mano a su hija, que no está descalza y que viste como para recibir su primera Comunión. Sus pies están negros, igual que sus manos. Ambas miran a quien sostiene una cámara de fotos Asahi Pentax de 35 mm y está delante de ellas para tomar la fotografía.

Ronda, Mougás, Oía, A Valga.

La primera vez que veo a los «picaos» de San Vicente de la Sonsierra hace un frío que me cuartea los labios y un viento que me despeina la coleta. Son las vacaciones de Semana Santa y he venido con mis padres a verlos. Mi madre insiste en que este es el pueblo en donde nació Paco Clavel y nos parece un dato importante. Ellos se golpean las espaldas desnudas con hatillo relleno de cristales rotos, luego alguen vierte zumo de limón sobre las heridas, son penitentes.

Cristina García Rodero hizo una fotografía de «El Picao» en 1979, con la cara encapuchada y los pies descalzos sobre la tierra.

Parece un fantasma.

Podéis ver la exposición hasta el próximo 18 de agosto.

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