Acqua Alta. Ballet du XXe Siècle y alumnos de Mudra. 1975.

Acqua Alta. Ballet du XXe Siècle y alumnos de Mudra. Venecia. 1975

Un soldado enamorado

Entre el 14 de junio y el 5 de julio de 1975 tuvo lugar en Venecia el encuentro multidsciplinar e internacional llamado «Danza 75». La idea de juntar a diferentes representantes del gremio del ballet para que el mundo los viera, actuando en diferentes espacios de la ciudad e intercambiando sus estilos había sido de Maurice Béjart, por supuesto. Él, que consideraba que la danza debía ser disfrutada por todos y no sólo por unos cuantos privilegiados, se esforzaba por escoger este tipo de entornos públicos para la representación de muchas de sus creaciones.

En aquel verano, semejante exaltación de cultura popular, además, sirvió para que la ciudad inundada recaudara fondos e hiciera frente al que comenzaba a convertirse en su problema principal: la erosión de sus cimientos y su progresivo hundimiento.

Patrocinado por la UNESCO y el Centro Artístico del Palazzo Grassi, el festival incluyó una exposición de fotografía y varios pases de cine que se centraron en el mismo asunto: la danza.

Hubo allí muestras de baile procedentes de los rincones más variados del planeta. Visitando periódicos del momento, leemos frases como la que sigue:
«El espectáculo presentado por la Compañía de Ballet Español Antonio Gades ‘Bodas de Sangre’ y ‘Flamenco’ causaron un despliegue de aplausos que pocos llegaron a alcanzar con tanto triunfo durante todo el festival…»

Prodigiosos y originales textos críticos los de entonces…

Afortunadamente, no sólo se conservan escritos registrando la realidad de aquellos días: la performance fue también filmada.

El cuerpo de alumnos de la escuela/cantera de la Compañía de Béjart, Mudra y Jorge Donn, en pleno Campo Ghetto Nuovo, moviéndose al ritmo de «O Surdato ‘Nnamurato» y contagiando una alegría y una energía que ya quisieran para sí montones de virtuosos de la danza, de bailarines con condiciones físicas perfectas y técnica infalible que, sin embargo, no transmiten ni un bostezo.

A mí, esta pieza tan típica del coreógrafo de los bailarines, del «experto en solos masculinos» me roba sonrisas cada vez que la veo.

Otro día contaré cómo el mismo artista, con el torso igual de descubierto y las melenas indomables al viento, es también capaz de hacerme llorar.

Es la magia del ballet.

2 respuestas a “Acqua Alta. Ballet du XXe Siècle y alumnos de Mudra. 1975.

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