Amanecer

Sunrise (Amanecer) F. W. Murnau, 1927

Amanecer, no es poco

Algo en la estructura y el estilo general de todo un clásico del cine mudo como es Sunrise, deja al espectador con la sensación de haber visto no una, sino varias películas al terminar la proyección. Ochenta y cuatro años después de su estreno en Hollywood, la obra maestra de Murnau, uno de los últimos vestigios del cine mudo es todavía una “canción de dos seres humanos”[1] muy digna de recomendación.

Desde el comienzo, gracias a unos intertextos aclaratorios, la película pone de manifiesto su intención didáctica, tratando de acercar al espectador a una historia común, que no pertenece a ningún lugar y que puede ser escuchada en cualquier momento. Quizás sea este el caso de una fábula dentro de la cual nada esté reservado a la imaginación y todo beba de las fuentes de la vida cotidiana; o quizás no, puesto que nada en esta historia tiene nada que ver con una “historia cotidiana”. La última palabra, como siempre, la tiene el espectador.

En 1927, cineastas de varios países utilizaban con toda libertad los rasgos estilísticos de la puesta en escena alemana, la fotografía y el montaje francés y el montaje soviético. El estilo se abrió paso incluso en Hollywood. Dado que muchos cineastas, sobre todo alemanes, fueron contratados por estudios americanos, los rasgos europeos comenzaron a aparecer en las películas americanas. Sunrise, fue escrita por el guionista de El gabinete del Doctor Caligari, Carl Mayer. Era una elaborada producción de estudio para la Fox Film Company, pero excepto en lo referente a sus conocidas estrellas americanas, se podría haber hecho en Alemania[2]. Es por esto que siguiendo las directrices marcadas por el denominado Expresionismo alemán, el cual dependía de la puesta en escena para lograr composiciones conjuntas de decorado y personaje como un “todo natural”, distorsionado y expresivo, la pieza se ofrece como un capricho estético que sin embargo, por momentos, desconcierta al espectador debido a la inserción de gags o momentos cómicos tan brillantes, como desconectados del conjunto de la obra (véase la sorprendente secuencia del “cerdo borracho” que ameniza la segunda parte de la película, a modo de entremés o sketch tan desconectado del resto del argumento).

Probablemente Sunrise agradará al público más escéptico y menos familiarizado con los clásicos; no es éste el caso de una pieza de museo sagrada, que no pueda tocarse o comentarse, sino más bien todo lo contrario: 95 minutos de juegos de cámara y arriesgados montajes que conforman una conmovedora historia, a medio camino entre el melodrama y el suspense, y con un apoteósico final tan presumiblemente grandioso como el mismísimo amanecer.

[1] Subtítulo que acompañaba al original en inglés: Sunrise. A Song of Two Humans.
[2] Op. Cit. Bordwell, D. y Thompson K.; El arte cinematográfico; Barcelona; Paidós; 1993; pp. 470.

3 respuestas a “Amanecer

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  1. No he visto Amanecer (shame on me), y mira que he leído sobre ella … a ver si con tu crítica supero la vagancia y me animo de una vez.

    Por cierto, acabo de ver la adaptación de Jane Eyre protagonizada por Mia Wasikowska y me ha gustado bastante, Michael Fassbender es un gran Sr. Rochester 🙂

    Besos!

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  2. ¡Oh! No sabía nada de esa peli y acabo de ver el trailer. Me entran ganas de volver a ver todas las versiones que hay, una detrás de otra…

    Por cierto, yo reconozco que «Sunrise» la vi en clase por obligación y me sorprendió. Creo que entiendo tu vagancia.

    ¡Ciao!

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  3. Un post más ( y yo he llegado con retraso ) y otro pequeño recordatorio de que cuanto más lleno el agujero de mi desconocimiento, contradictoriamente, más grande lo veo.

    Y es que sólo llegue a lo común, Nosferatu y Fausto. Gracias, si logro verla y te interesa otra opinión la dejaré por aquí.

    Un abrazo

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